Orwell, en ‘1984’, advierte que seremos vencidos por la opresión impuesta exteriormente. Pero en la visión de Huxley, en ‘Un mundo feliz’, no se requiere un Gran Hermano para privar a la gente de su autonomía, de su madurez y de su historia. Según él lo percibió, la gente llegará a amar su opresión, y a adorar las tecnologías que anulen su capacidad de pensar.
Lo que Orwell temía era a los que pudieran prohibir libros.
Mientras que Huxley temía que no hubiera razón alguna para prohibirlos, debido a que nadie tuviera interés en leerlos.
Orwell temía a los que pudieran privarnos de información.
Huxley, en cambio, temía a los que pudieran brindarnos tanta que pudiéramos ser reducidos a la pasividad y el egoísmo.
Orwell temía que nos fuera ocultada la verdad.
Huxley temía que la verdad fuera anegada por un mar de irrelevancia.