Yachay, ícono de la nueva “Era del Conocimiento” en Ecuador

La Universidad Yachay Tech será el centro de la Ciudad del Conocimiento de igual nombre en Ecuador. Foto: Andes/Archivo

Yurien Portelles

Quito, 15 ene (Andes).- La sede de la Universidad Experimental de Ciencias Yachay, en la provincia de Imbabura, fue escogida para festejar este jueves los primeros ocho años de la Revolución Ciudadana de Ecuador, por ser el ícono del inicio de una nueva era del conocimiento en este país.

Precisamente, el 2015 ha sido denominado «Año del Conocimiento» por el gobierno del presidente Rafael Correa, quien la víspera aseveró que  el mayor logro de su administración está en el campo educativo al punto que el país es uno de los que más avanza en la calidad en la región de Latinoamérica.

Yachay Tech, dijo, es parte de esa transformación del Ecuador y el propósito de pasar de una economía extractivista, de recursos limitados, a una economía del conocimiento.

“La única fuente inagotable de riquezas es la mente humana (…) debemos basar nuestro futuro en eso”, señaló.

Yachay, la apuesta a los recursos infinitos

Inaugurada en 2013, esta casa de altos estudios se ha convertido en el símbolo del cambio de la matriz productiva de la nación ecuatoriana a mediano y largo plazo, para pasar de los recursos finitos a los infinitos.

La llamada “economía del conocimiento” es vista como una necesidad urgente para lograr la sostenibilidad de los proyectos sociales en marcha y del medio ambiente, con la investigación, la tecnología y la innovación como banderas.

Yachay, que en kichwa significa “conoce, aprende”, es vista como la “Sillicon Valley” de Ecuador, y permitirá formar en “frontera” a los nuevos científicos que necesita este país latinoamericano en el futuro inmediato.

Este centro ya acoge a varios cientos de jóvenes talentosos que optaron por esta Universidad en las carreras de Nanociencias, Petroquímica, Ciencias de la Vida, Energías Renovables y Tecnologías de la Información, Química en Polímeros, Biología, Ingeniería Biológica, Física, Ingeniería en Nanotecnología e  Ingeniería en Software, entre otras.

El proyecto, considerado el más emblemático del país en los últimos 100 años, tiene la misión de crear un ecosistema de innovación para lograr una plataforma que permita crear proyectos de base tecnológica, productivos y de gran impacto en la economía nacional.

En el discurso inaugural del primer curso de Yachay, René Ramírez, secretario general de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt) , afirmó que como sociedad e individualmente, se puede tomar la decisión de no entrar en la sociedad del conocimiento, la innovación y la creatividad, y simplemente acelerar nuestra dependencia y profundizar nuestra ignorancia.

Sin embargo, apuntó, la Revolución Ciudadana entiende que no existe alternativas ante este asunto, por lo que o se busca acortar distancias o el país queda aislado y subordinado ante las grandes líneas de la innovación y la ciencia.

Ecuador, en su opinión, es uno de los países más abiertos de la región en términos comerciales; no obstante, es también de los más desconectados e incomunicados con los circuitos globales de producción y generación de conocimiento, de ahí la trascendencia de la creación de esta Universidad de nuevo tipo en el país.

Ciudad y parque tecnológico

Yachay, ubicada en instalaciones remozadas de las que antes fueran haciendas rurales, será el centro de una Ciudad del Conocimiento, con 4.800 hectáreas en donde estará enclavado también un parque tecnológico, para la experimentación y la aplicación de las investigaciones científicas.

La ciudad ha sido diseñada a partir de un Plan Maestro concebido por la empresa pública surcoreana Incheon Free Economic Zone (IFEZ), la cual consideró vital priorizar al peatón y hacer de esta una urbe caminable, con los servicios a la mano para hacer la vida más placentera a quienes la habitan y piensan el futuro de la nación.

En su diseño, además de la intervención patrimonial, se concibió la instalación de modernas edificaciones que dialoguen con el entorno arquitectónico preexistente y con la naturaleza del valle de Urcuquí, en la provincia de Imbabura.

Está prevista la construcción de diversas unidades educativas de diversas enseñanzas, además de edificios viviendas y de instalaciones para la investigación y la aplicación de los resultados.

A ello se añade la declaratoria de este sitio de una Zona Económica de Desarrollo (ZEDE), que supondrá la reducción del 5% de impuestos a la renta, una tarifa de 0% de IVA (Impuesto al Valor Agregado) en importación de bienes de capital y materias primas. Crédito tributario del IVA.

Además, contempla la exención del pago de aranceles de las mercancías extranjeras que ingresen a dichas zonas, para el cumplimiento de los procesos autorizados, tanto para administradores como para operadores y la exoneración del impuesto de salida de divisas sobre pagos realizados al exterior por amortización del capital e intereses sobre créditos y para pago de importaciones.

En cuanto al parque tecnológico (o científico) se busca que profesionales especializados y organizados trabajen en el objetivo de incrementar la riqueza de su comunidad promoviendo la cultura de la innovación y la competitividad de sus empresas asociadas a las instituciones basadas en el conocimiento.

Esta interacción impulsará la creación y el crecimiento de empresas innovadoras mediante mecanismos de pre-incubación, incubación, spin-off y otros servicios de valor añadido.

Además, este espacio contará con servicios de cafeterías, seguridad, salas de conferencias y formación, entidades financieras, correos, servicios de entretenimiento y deporte, y servicios avanzados de infraestructura en telecomunicaciones para habilitar procesos de investigación, desarrollo e innovación  (I+D+i).

Por otro lado se instalarán servicios de asesoramiento, información, inversión y logísticos para fortalecer las actividades en procesos de investigación, emprendimiento e innovación dentro de este parque tecnológico.

Esto forma parte de la concepción de que Yachay sea un sistema integral de educación, que tome en cuenta todo el ciclo de vida e incorpore los procesos teórico-metodológicos necesarios para alcanzar los mejores estándares de calidad y excelencia.

Las comunidades cambian

Si en un inicio estaban escépticas las comunidades de Urcuquí residentes en zonas aledañas al polígono de intervención respecto al proyecto Yachay, en la actualidad forman parte activa de éste desde diversas aristas.

Richard Rubio, director de Gestión Comunitaria de la empresa pública Yachay, ha vivido de cerca este proceso prácticamente desde el mismo inicio, en que comenzó a socializarse el proyecto en medio de la resistencia de los hacendados y de los rumores de que esta zona iba a ser tomada por los chinos o los coreanos.

Reconoce cómo una vez que conocieron los verdaderos propósitos de esta Universidad comenzaron a insertarse de forma activa en el proyecto los comuneros.

En Urcuquí se han creado ya unas 30 asociaciones de economía popular y solidaria, que brindan servicios a la ciudad y están integradas por socios en las labores de limpieza, lavandería, mantenimiento de áreas verdes y gastronomía.

Estas personas antes se dedicaban a la producción de tomate y fréjol, con ventas irregulares que no les permitían tener un salario digno fijo, muchas de ellas amas de casas.

Una de esas asociaciones firmó un tiempo atrás un contrato por 230 mil dólares con el consorcio coreano- ecuatoriano para la alimentación de los obreros que están construyendo los edificios. Por su parte, la asociación de limpieza obtuvo un contrato por 73 mil dólares para las labores en la Universidad.

Ello representa un cambio importante para la economía y el crecimiento individual en la medida en que acceden a ingresos regulares, por encima del salario básico, con todos sus beneficios como la inclusión en el  Instituto Ecuatoriano del Seguro Social y su cobro de los respectivos “décimos” (remuneración paralela al salario).

José Cañar, director de reconversión productiva de la empresa pública Yachay, asegura que la vinculación de la comunidad y de sus integrantes con menos oportunidades, es importante para el futuro del proyecto Yachay.

También se abren posibilidades para todos con los cursos de habilitación en diversos oficios de los que se requerirán para la construcción de esta Ciudad del Conocimiento, concebida para los próximos 35 años.

La creación del centro cultural “La voladora” también ha venido a redondear el círculo para la transformación de la vida de este apacible paraje de la geografía ecuatoriana, donde varios cientos de personas de todas las edades se han vinculado en diversas manifestaciones artísticas, con lo cual enriquecen su espiritualidad y se ve aflorar el talento.